26.2.07

Inocencia interrumpida (2)

Yo, al igual que miles de personas, fui un profundo admirador/seguidor de "V", sin duda la mejor serie de ciencia ficción facturada en los años 80 que han visto estos ojos. Y es que yo de trekkie tendré más bien poco, o nada, pero de lagarto ni os cuento. Una vez más, en la famosa libretita de marras, encontramos auténticas declaraciones de principios, significativas misivas de amor incondicional, dignos documentos históricos de cuán fanático era de la serie y, como ya veréis, de uno de los personajes... En el primer documento vemos que voy directo al grano: "... es una serie emocionante, y a mí la escena que más me gusta es cuando Dallana se come el ratón o la rata". Ahí, ahí, ¡no perdamos tiempo en desvelar qué dieta siguen nuestros amiguitos! Lo de "Dallana" no tiene precio, por supuesto. A tener en cuenta: la referencia a otra mala malísima, que osa quitarle el mando a Dallana. ¡Cómo se atreve! En menudas cosas me fijaba yo Ò_Ó













Dallana y Lidia posando para la posteridad, por supuesto, con sus nombres "reales" debajo de sus retratos... Obsérvese la postura "yo corto el bacalao" de Dallana. Sospecho que esas figuras, y máxime esas piernas filiformes, no las querrían en Cibeles.





















En este escrito hacemos un repaso al resto del casting, o parte de él. Nótese la fijación, una vez más, por la jefa lagarta (¡importante darse cuenta de que la redacción incluso lleva su nombre!). Hablando un poco por encima de las cualidades de cada uno, nos percatamos de que, en realidad, se está hablando de las relaciones que tienen unos con otros. Es decir, puterío fino (léase el comentario acerca del tándem Elisabet-Robin-Cais). A destacar: el destripamiento del asesinato de Lidia a manos de (adivinad...) Dallana.



















Dos facetas de la sin par Dallana: haciendo dieta del ratón (¡¿alguien la vio alguna vez en la serie con un vestido semejante?!) y recién levantada, aún sin poner las cremas reparadoras. Ays...
















Y al fin, a todo color, retrato de la súper lagarta con bolso improvisado y diseñado por mí. Con su cardado, la ¿nave? y, dejándonos ya de rodeos, esas botas y esa postura, con una pierna más adelantada que la otra. ¡Larga vida, Dallana!