Hay gente que me está preguntando que por qué tardo tanto en actualizar. Hoy os voy a dar una respuesta porque yo me debo a mi público y no me gusta dejar las cosas a medio: llevo algunos días con los ánimos por los suelos y no me apetece nada escribir o, de hacerlo, no me apetece nada hablar sobre mí. Tampoco considero que tenga cosas interesantes que contar o que lo que aquí escriba le pueda resultar productivo a alguien, por lo que mientras me dure este estado de ánimo no me voy a dar ninguna vuelta por Blogger, ya que en estos momentos no soy la alegría de la huerta precisamente. Perdonad que no me pase por vuestras bitácoras hasta que no se me pase este malestar general, y pleeeeeeeeeease, no me repitáis aquello de "tú actualiza cuando te apetezca, que esto no es una obligación" porque eso es algo que no hace falta que me recuerde nadie.
Y a mis amigos que me leen, me gustaría pedirles POR FAVOR que no me llamen por teléfono tras leer este post porque 1) no tengo ganas de hablar del tema/con nadie y 2) es pasajero/sobreviviré cual Mónica Naranjo ;) (de verdad, no lo intentéis).
¡Gracias!
Y a mis amigos que me leen, me gustaría pedirles POR FAVOR que no me llamen por teléfono tras leer este post porque 1) no tengo ganas de hablar del tema/con nadie y 2) es pasajero/sobreviviré cual Mónica Naranjo ;) (de verdad, no lo intentéis).
¡Gracias!
