Mi idea de comprar discos ha cambiado por completo de un tiempo a esta parte. Yo, que siempre he sido de adquirir elepés nada más salir a la venta, he optado por 1) bajarlos de Internet y 2) comprarlos cuando los rebajan, si es que me han gustado mucho o planeo seguir con la colección musical de mis artistas favoritos. A estas alturas considero una tontería gastarse un dineral en discos cuando tarde o temprano los encuentras en la sección de saldos. ¿Para qué pagar 17 cuando puedes tenerlos por 5?
Y yo me pregunto, ¿qué era de nuestras vidas antes de Internet? La cantidad de dinero que he despilfarrado en discos de los que únicamente me gustaban 2 o 3 canciones, o porque no había otra forma de tener ese tema que tanto te entusiasmaba. Por culpa de esto mi cedeteca aumentó hasta límites preocupantes y cuando al fin tuve conexión cada disco que me bajaba lo grababa en un cd, encontrándonos con una casa llena de estorbos... Ahora ya no hago ni eso, es más, ni siquiera los guardo completos, sino que elimino todas aquellas canciones que no me convencen. ¡Bendita tecnología! El problema de tal despreocupación es que te acabas bajando discos que en la vida comprarías, como por ejemplo la discografía completa de Pet Shop Boys, que es un grupo que rarísima vez ha llamado tu atención, o de Nine Inch Nails, que te resultan súper it porque te encantaron los títulos de crédito de "Se7en".
¿Y qué me decís de la vuelta del vinilo? Ah sí, calla, que es por lo práctico que resulta el formato a la hora de almacenarlo en casa, llevarlo en el coche o de viaje, eso por no hablar del sonido tan limpio y durarero que tiene. Sí, sí, sí, ¡cómo no había caído antes! Ay Señor......
Por otra parte, los gilis del Ayuntamiento de mi ciudad han decidido ser absolutamente transgresores (es que no se me ocurre otro término para semejante estupidez) y no traer a Madonna en concierto el 25 de julio. En su lugar, será Zaragoza quien ostente el título de 3ª ciudad española dentro de la gira Sticky and Sweet 2009. Pensaba acudir al de Madrid, pero veréis, no estoy dispuesto a pagar 80 euros (la entrada más barata), luchar a codazos y empujones con las fans histéricas que acamparán a las puertas del estadio 3 días antes, soportar el calorazo estival y acabar relegado a la última fila. Como muy bien dijo alguien en un blog "ya me compraré el dvd y la veré perfectamente en mi casita". Nuestro querido Ayuntamiento ha decidido gastarse menos y montar un festival de dos días donde actuarán, entre otros, Keane, Underworld, Peaches, Prodigy, Babyshambles, PJ Harvey y, DIOS MÍO, ¡¡¡Ladyhawke!!! De más está decir que finalmente no pude asistir a su concierto madrileño de finales de enero porque preferí reencontrarme con mi amiga Li después de 8 años en el limbo. Y a todo ésto, ¿cuándo va a pasar la fiebre de Lady Gaga? ¡Qué miedo cuando a la gente le da por algo! La que sí me gusta, y mucho, es la británica afincada en mi ciudad Alondra Bentley. Qué maravillosa voz. Deseando estoy de escuchar su disco debut, "Ashfield Avenue".
¿El Oscar de Penélope? ¿Pero usted cree que a mí me importa? Yo soy de los que sólo se alegran cuando las cosas le pasan a él o a la gente que más quiere (la que más, la que más), por lo tanto............ Lo que sí quiero darle es mi enhorabuena por tener un productor, agente o llamémosle X tan bueno como para conseguir que alguien que no actúa del todo bien llegue tan lejos. Eso sí, ella no me cae mal y además sale bellísima en la última publicidad de Mango. ¡Y que alguien me haga el favor de darle más protagonismo a Goya Toledo, que me encanta! (hay que ver el desastre de ambientación setentera que hicieron en "Los años desnudos", por cierto, que siempre se me ha olvidado comentarlo).
Y en el apartado de cosas del montón que da título a esta entrada tenemos dos grandes fiascos, uno antiguo del que aún no había hablado y otro totalmente nuevo. El antiguo es el bodrio cinematográfico "Mamma Mía!". Mi sobrina se empeñó en que la bajara de Internet para verla un finde en la casa del campo y un servidor se tuvo que levantar del sillón cuando ni siquiera había llegado al minuto 5. Pero bueno, no sé de qué me sorprendo si a mí ABBA no me gusta, pero es que aún así la peli es cutrísima y súper americanísima y tontísima. El fiasco nuevo es ni más ni menos que el último libro de la que otrora fuese mi escritora fetiche Lucía Etxebarria, que en esta ocasión nos ofrece una innecesaria guía de consejos sobre cómo ser madre... Por lo visto se le han terminado ya las ideas acerca de homosexuales, feminismo, drogas, chicos conflictivos, barrios marginales y bares nocturnos (es decir, de lo único que sabe escribir esta señora). Otro bluff más a la lista de personajes que en su momento me entusiasmaron y que con el tiempo se han ido diluyendo por méritos propios. ¿No es así, Marlango?. Menos mal que siempre me quedará Leonor, ilustrando este post a lo Louise Brooks en los felices años 20.