Un cambio de planes hizo posible que el sábado pudiera asistir a la que sin duda se ha convertido en una de las fiestas del año: la despedida de solteros conjunta de unos amigos próximos al matrimonio. En el campo, al aire libre, con varias mesas repletas de comida para todos los gustos, muchísimas botellas de vino tamaño XXL, postres maravillosos, música fabulosa, un dress code la mar de inmaculado/ibicenco, mis mejores amigos y una gente fantástica con la que no me reunía desde hacía mucho tiempo. ¡¡¡Pagaría por seguir allí!!!
¿Algo más? ¡Ah sí, mi look al completo!
¿Algo más? ¡Ah sí, mi look al completo!