Una de las fotos más bonitas del año (por favor, pinchad sobre ella para verla a tamaño natural), realizada en un puente repleto de jugo de durazno, de melón, del Doctor Hell fustigando al Barón Ashler, de la niña de las flores y el mariquita del foulard rojo al cuello repartiendo semillas entre los aldeanos, de luces y más luces de navidad, de gente por doquier, de jabalíes glaseados, makis y tempuras exquisitas, de líquidos vertidos sobre las sábanas, de gorritos de lana traídos de Perú, de gofres y tostas, de jardines maravillosos, de esconjuros y bla, bla, bla... Y todo ello sin la necesidad de resultar soporífero a la hora de hacer una crónica. Ea.
