21.12.07

Viajes extraordinarios (2)

Reales Jardines de Aranjuez. Madrid.

Los Jardines de Aranjuez son una serie de bosques y parques ajardinados y ornamentados con numerosas fuentes y estatuas, situados junto al río Tajo y al Palacio Real de Aranjuez. Están al cuidado del Patrimonio Nacional de la monarquía española y además ostentan el título de Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad otorgado por la Unesco en 2001.

Los Jardines son cuatro: el del Parterre, el de la Isla, el del Príncipe y el de Isabel II.

De nuevo, yo pongo las fotos. Para más información sobre cada jardín (que, por cierto, se encuentran todos en el mismo recinto), visitad este artículo de Wikipedia del que también he extraído el texto de inicio de este post. Asimismo, dedico esta entrada a mi amiga Sauron, a la que tanto le gustan mis fotos y, sobre todo, mis crónicas viajeras ;)

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Bueno, esto estaba a las afueras, pero me gustó tanto...... será mi residencia de otoño.

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El Palacio Real, mandado a construír por orden de Felipe II.

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Puente sobre el río Tajo, ¿o desde cuándo estamos en Venecia?

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Clasicismo a la intemperie, ¡pero qué bien cuidado está todo, oiga!

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Hércules luchando contra la Hidra. Menuda...

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Esculturas rodeando a Hércules, compradas ni más ni menos que por Felipe V.

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Apolo y el dragón.

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Fuente del Espinario, también conocida como Fuente de las Arpías o del Niño de la Espina.

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Detalle de una de las arpías.

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Venus de bronce del siglo XVI procedente de Florencia.

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Fuente de Neptuno con la aparición estelar de Cibeles y Ceres. Ah, y un bello atardecer...

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Fuente de Ceres, diosa de la agricultura, las cosechas y la fecundidad.

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La espectacular fuente de Hércules y Anteo, con profusión de esculturas y detalles.

Las casas de Aranjuez no pueden sobrepasar la cúpula del Palacio Real, por lo que la armonía existente es maravillosa. No hay nada que desentone y caminar por sus calles justo al atardecer es una delicia. Nos gustó El Capricho, pero con los jardines de Aranjuez nos ocurrió otro tanto de lo mismo. A tan sólo media hora de Madrid en un tren de cercanías, se convierte en un destino como de cuento de hadas.