Jardín El Capricho. Madrid.
Fundado por la duquesa de Osuna, doña María Josefa Alfonso Pimentel, comenzó a construirse en 1787, culminándose en 1839. Tras la muerte de los duques, pasó por diversas manos, hasta que es declarado jardín artístico en 1943. Desde 1974 es parte del patrimonio madrileño; se reabrió al público al comienzo de la etapa democrática. En 1987 el Ayuntamiento procedió a su rehabilitación.
Jardineros, arquitectos y escenógrafos trabajaron en el embellecimiento de “El Capricho” bajo la supervisión de la propia Duquesa, que organizaba los espectáculos y juegos que en él tenían lugar. Para ello también se construyeron unas arquitecturas que se han dado en llamar efímeras. Estas edificaciones, denominadas “Caprichos”, tenían el fín de sorprender y debían ser descubiertas a lo largo del recorrido por el jardín ofreciendo a la aristocracia el placer del juego y el reencuentro con la naturaleza. Entre todos estos elementos, los más característicos eran:
- El Abejero, que se construye para el estudio del comportamiento de las abejas, tema muy relacionado con las corrientes filosóficas más avanzadas del siglo XVIII.
- La Ermita, construida con aspecto ruinoso y en la que vivió y murió fray Arsenio.
- El Casino de Baile, donde se organizaban fiestas y al que se accedía por medio de falúas que navegaban por la ría.
- El Embarcadero o Casa de Cañas, construido al estilo chinesco, muy de moda en aquella época.
- La Casa de la Vieja, una representación del mundo rural.
(Información procedente de www.arturosoria.com y www.palmasur.com)
De Internet extraigo el texto explicativo. Las imágenes corren de mi cuenta...
La entrada al jardín.
Casa de la Vieja, o donde Blancanieves hubiese deseado vivir.
¡A medianoche no paso yo por aquí ni de coña!
Fuente del jabalí del Casino de Baile.
Las señales de Shyamalan......
Otoño en el estanque.
Los extraños árboles.
El centro del Embarcadero.
Un puente hacia Terabithia, ¡o sigue el camino de hojas amarillas!
Bosques de elfos y brujas.
¡Buscad al duende!
La Ermita.
Puente la mar de artístico, oiga.
Una casa hecha entera con cañas. Agárrate las bragas como venga un tornado...
Fan fatal de las esfinges y los templos. Recuerdos de La Historia Interminable.
"Por incontables peligros e innumerables fatigas..."
La choza de la Duquesa de Osuna.
Fuentes y jardines versallescos.
Y más templos bonitos...
Nos ha encantado El Capricho y desde aquí lo reivindicamos. Sólo abre fines de semana y festivos y creemos que el mejor momento para visitarlo es en otoño (foto demostración). ¿Lo mejor? ¡¡¡Qué está prohibido el acceso a los malditos perros, con o sin collar!!! Nos vuelve locos...
Jardineros, arquitectos y escenógrafos trabajaron en el embellecimiento de “El Capricho” bajo la supervisión de la propia Duquesa, que organizaba los espectáculos y juegos que en él tenían lugar. Para ello también se construyeron unas arquitecturas que se han dado en llamar efímeras. Estas edificaciones, denominadas “Caprichos”, tenían el fín de sorprender y debían ser descubiertas a lo largo del recorrido por el jardín ofreciendo a la aristocracia el placer del juego y el reencuentro con la naturaleza. Entre todos estos elementos, los más característicos eran:
- El Abejero, que se construye para el estudio del comportamiento de las abejas, tema muy relacionado con las corrientes filosóficas más avanzadas del siglo XVIII.
- La Ermita, construida con aspecto ruinoso y en la que vivió y murió fray Arsenio.
- El Casino de Baile, donde se organizaban fiestas y al que se accedía por medio de falúas que navegaban por la ría.
- El Embarcadero o Casa de Cañas, construido al estilo chinesco, muy de moda en aquella época.
- La Casa de la Vieja, una representación del mundo rural.
(Información procedente de www.arturosoria.com y www.palmasur.com)
De Internet extraigo el texto explicativo. Las imágenes corren de mi cuenta...
La entrada al jardín.
Casa de la Vieja, o donde Blancanieves hubiese deseado vivir.
¡A medianoche no paso yo por aquí ni de coña!
Fuente del jabalí del Casino de Baile.
Las señales de Shyamalan......
Otoño en el estanque.
Los extraños árboles.
El centro del Embarcadero.
Un puente hacia Terabithia, ¡o sigue el camino de hojas amarillas!
Bosques de elfos y brujas.
¡Buscad al duende!
La Ermita.
Puente la mar de artístico, oiga.
Una casa hecha entera con cañas. Agárrate las bragas como venga un tornado...
Fan fatal de las esfinges y los templos. Recuerdos de La Historia Interminable.
"Por incontables peligros e innumerables fatigas..."
La choza de la Duquesa de Osuna.
Fuentes y jardines versallescos.
Y más templos bonitos...
Nos ha encantado El Capricho y desde aquí lo reivindicamos. Sólo abre fines de semana y festivos y creemos que el mejor momento para visitarlo es en otoño (foto demostración). ¿Lo mejor? ¡¡¡Qué está prohibido el acceso a los malditos perros, con o sin collar!!! Nos vuelve locos...