Un buen día descubres que puedes volver a sitios anteriormente vetados y que no sientes lo más mínimo al regresar a ellos. Es más, te das cuenta de que la mente, maldita sea ella y su estampa, te ha estado embrujando durante algunos años. De qué manera se magnifican los recuerdos que tiene uno, ¿verdad? En tu refugio y en tu soledad piensas que has perdido cosas maravillosas y luego, al acercarte a ellas, te percatas de lo equivocado que estabas y de lo frío que ahora te dejan.
Y para rematar la faena, al volver a casa, descubrí que alguien había rayado el capó de mi coche y grabado con una navaja (o cualquier otro objeto punzante) la palabra PUTA en un lateral. Como dijo mi amiga Caipirinha, tan sabia como de costumbre, "Eso es que alguien te reconoció". Teoría, por cierto, con la que supongo que estará súper de acuerdo MM...
Feliz comienzo de semana tras el largo puente que yo sí he tenido :)