El sábado, en compañía de dos personitas muy importantes en mi vida, estuve en este bello sitio: una fabulosa casa de campo convertida en cafetería con muchísimos postres y dulces de chocolate. ¡Ñam!
Afortunado quien ya haya estado allí, porque yo no pienso desvelar el secreto de su ubicación ni tampoco su nombre. ¡Todo el choco para mí!