24.11.07

Acuerdos y desacuerdos

Como ya dije en mi anterior entrada, tanto antes como después de estar en Tenerife, pasé unos agradables días en Madrid en los que no paramos ni un sólo momento. Cabe destacar (algunos para bien y otros para mal)......

El japonés Pink Sushiman que hay cerca de la calle Montera. Tan rosa y de estética tan cyber-chic. Con sus platos de colorines pasando ante tus ojos como si de peces se tratara, esperando ser pescados por los comensales. Según el color del plato, más pagas, ¡así que cuidadín con los de color gris! Nota: todo, absolutamente todo, está de vicio y la comida la preparan delante de ti.

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El Palacio de Gaviria. Siempre...

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¡Encontrar a la primera el Dunny de edición limitada navideña que me moría por tener! En Subaquatica, que dicho sea de paso vende unos preciosos libros de diseño.

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Y a la bonita Emi, que ya posa en mi cuarto junto a la extraña Emily y su gatito (para más jugueterío marsónico, pinchad aquí).

emi

El Starbucks, que sin duda se ha ganado a pulso el título de La Gran Decepción del Año. Con una única incursión en nuestro haber, Gunillo y yo ya nos hemos hecho detractores absolutos de esta absurda franquicia que te cobra casi 5 euros por un maldito café helado con sabor a vainilla, cerca de 4 por una irrisoria porción de tarta de chocolate blanco con arándanos y cuyos asientos están tan pegados los unos a los otros que no puedes darle un beso a tu novio sin evitar meterle la lengua al de al lado. Intimidad nula, precios desorbitados y ambiente nada cómodo. Lo siento, Mara, sé que a ti te encanta. Puntuación: CERO en mayúsculas.

starbucks

Mis nuevas zapatillas de andar por casa, regalo del aeromozo, emulando la famosa lata de sopas Cambpell's inmortalizada por Endy Guarrol (en italianensis vulgaris).

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De paso, quisiera pedir la aniquilación inmediata de esa pesadita con más cuerpo que cabeza llamada Rihanna. Me gustaría dejar de escuchar en cualquier parte el que sin duda se ha convertido en el hit más quemado y aburrido del año; ¡sí, la del maldito paraguas!. Y de los pañuelos palestinos, que por si fuera poco, los graciosos de H&M y Zara los han comercializado en distintos colores o impresos en camisetas para delicias de las modernas poperas de turno a las que jamás dejaré de profesar mi más profundo asco. Y esto más que una petición es un ruego, una súplica de rodillas: que de una vez por todas se deje de considerar a La Casa Azul como el grupo por antonomasia del cada vez más anodino movimiento poppy. Gunillo compró el último disco, de bonito packaging (todo hay que decirlo), pero idéntico contenido que el resto de los álbumes de estos chicos. El colmo de los colmos es que en la canción que abre el disco se mencione a la gran Yma Sumac, soprano peruana de la que nos hicimos fans el pasado mes de abril... ¡sólo faltaría que ahora empezaran a reivindicarla los gafapastas, hasta aquí podríamos llegar! Qué aburrimiento y qué hartos estamos. Os informo que está al caer la nueva película de Tim Burton, "Sweeney Todd", y que, para más INRI, el año próximo dirigirá su particular versión para Disney de una de mis pelis fetiche: ¡¡¡"Alicia en el país de las Maravillas"!!! Lo que me faltaba.

Yo os deseo un feliz fin de semana. Uno de mis planes principales es, entre otras cosas, intentar ver todas las pelis que tengo pendientes (no se admiten peticiones de las mismas, gracias)...

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