27.4.07

Puente















Estoy todo lo nervioso que un chico con una maleta a punto de estallar y, para más INRI, con la mitad de equipaje aún sin meter podría estar. He llegado a la firme conclusión de que lo que menos me gusta de un viaje es preparar los bártulos. Me da un sudor sólo de pensarlo... vamos, del verbo "es-superior-a-mis-fuerzas". Anoche, una vez que tuve todo doblado y amontonado sobre la cama descubrí que mi maleta se había extraviado en el trastero de mi casa. Bueno, yo creo que me faltó poco para romper la camiseta y volverme de color verde. Nada, milímetros nada más, pero se obró el milagro y apareció bajo un arcón antiquísimo. Mucho estrés, sí, pero ya he dicho muchas veces que, según dicen mis amigos, soy de natural estresado.

Paso el puente en Madrid, esa ciudad con la que siempre he mantenido una relación amor/odio, aunque más bien esto último. No es que lo haya pasado mal en ella las veces que he ido, sino que las causas que me han llevado a viajar a Madrid siempre han sido nefastas (olvidar a un ex, cambiar de aires y agobio, etc...) y eso me ha hecho ver la ciudad de otra forma menos agradable de la que, por ejemplo, puedo ver Granada o incluso Alicante, a las que siempre me han llevado buenos motivos. Luego también he vivido tristes desenlaces en ella, o me he enterado de cosas que allí ha hecho gente que en un momento dado perteneció a mi vida y que a mí me perjudicaron en aquel entonces, y claro, como que Madrid y yo jamás nos hemos llevado bien. Aún así, he pensado muchas veces que algún día habría alguien que me hiciese verla de otro modo. Hoy, casi dos años y medio después de la última visita, por primera vez tengo unas ganas terribles de estar en Madrid. De corazón. ¿Los responsables de semejante hazaña? Miss Ketchup y Gunillo.

Es súper curioso las cosas que tiene un blog. La cantidad de relaciones agradables y fabulosas que estoy sacando de él... El otro día hablaba yo con mi querido Chester al respecto y le dije que, buscando algo con lo que poder comparar todo ésto, sólo se me ocurría poner como ejemplo las relaciones epistolares que hemos tenido la mayoría en algún momento de nuestra vida con otras personas, haciendo amigos por todas partes y carteándonos durante años. A diferencia de un chat, las relaciones que salen de un blog son civilizadas, más de conocerse realmente e ir más allá del físico, lo cual es algo que a mí personalmente me entusiasma. Intenta conversar tú en un chat de Chueca, anda. Y como no dije nada en su momento porque no escribí ningún post en el que pudiera incluír la anécdota, os diré que sí, que las Olsen se conocieron al fin en persona tras mucho tiempo de contacto virtual. Mi MariaKatia del alma vino a Murcia pasadas las fiestas de Semana Santa y, aunque no la vi todo lo que hubiese querido por razones que ahora no vienen al caso, el abrazo que nos dimos, las risas que tuvimos y los besos que nos pegamos en las mejillas fueron sencillamente emocionantes y sorprendentes. En todo momento (a pesar de que sólo fueron 6 o 7 minutos) tuve la sensación de que la conocía toda la vida y eso... eso es espectacular. Por esos momentos merece la pena tener un blog, os lo digo de verdad.

Y bueno, en definitiva, que no me gusta anticiparme a las cosas porque siempre suelen torcerse y salir totalmente distintas. Yo sólo sé que me voy después de comer y que ya actualizaré esto si Dios quiere la semana que viene. Gracias a mi no menos querido Mr. Grieves tengo una lista envidiable de lugares y tiendas que visitar, y esta noche, si no pasa nada, mis dos anfitriones del alma me llevarán al Ocho y Medio, donde podré ver a Fanmakimaki y Masmi ¡¡¡y así romper el hielo de cara al inminente encuentro de los Brainstormers!!! Qué ganas de todo, oiga...

Que paseis un muy feliz finde, guapos/as.