17.2.06

Trotamundos urbano





















Este sí que (espero) va a ser un post breve, para que no se queje nadie, hombre ya, aunque tampoco prometo nada, ojo. Este es el último fin de semana que paso como desempleado, porque a partir del lunes empiezo a trabajar en una tienda súper pija, en pleno centro de la ciudad, en el casco antiguo, junto a maravillosos monumentos arquitectónicos. Lo que más me gusta del asunto es que se trata de una tienda de antigüedades y piezas exclusivas encontradas y traídas de India, África y lugares recónditos y exóticos. De modo que de ahora en adelante voy a ser una especie de Fanmakimaki trotamundos, sólo que sin salir de Murcia.

En la tienda también se precisa buena mano para pintar y restaurar artículos, y han dado con la persona idónea. No es por echarme flores, pero ya sabéis que yo nací siendo artista y esas cosas se me dan bien. El día que hice la entrevista estaban redecorando con pintura dorada un cuenco antiguo, y ayer, justo cuando firmé el contrato, lijaban un par de imperfecciones y daban una mano de barniz a una mesa súper rarísima de madera que no habría desentonado en una película de Tim Burton.

Seremos dos chicas y yo. A veces colabora una monja en las tareas de restauración. Los últimos artículos que han llegado son una especie de cometas de madera rarísimas, a la par que chulísimas, con forma de dragones chinos. Geniales.

Todo esto surgió del modo más inesperado y prácticamente ridículo, en el sentido de que alguien me dice que iba a encontrar trabajo a través del INEM y me hubiera reído en su cara a carcajada limpia. Sí… el INEM me mandó una carta citándome en dicho establecimiento y yo me personé a los dos o tres días. Al concluir la entrevista, y previo aviso de que tenía que entrevistar a más gente, la chica me guiñó un ojo diciéndome: “Yo creo que tú vas a tener suerte, ya verás”. Y fijaos, a la semana exacta me han llamado para decirme que he sido el elegido por una cuestión de muy buenas vibraciones.

En cuestión de 1 día todo ha cambiado a mi alrededor. Es sorprendente, pero después de tanta entrevista y tanto currículum enviado y tanta solicitud y tantos viajes a las empresas, digo yo que ya era hora de que me saliera algo decente. Esta semana se me despidió otra alumna por haber completado ya los conocimientos que deseaba tener, así que me encontré con que cada vez me iban quedando menos clases y que no encontraba nada mejor. Como complemento está genial, pero no para tenerlo como trabajo de por vida. Las cosas han cambiado hasta en mis tareas de profesor particular, porque a una de mis alumnas ya ni siquiera le doy clases de informática o fotografía, ¡sino que ahora estamos con historia del arte e historia contemporánea! Muy fuerte. Supongo que aprovecharé mi día libre para dar las clases que pueda y ganar un dinero extra que nunca, absolutamente nunca (y mucho menos en mi caso), viene mal. Y digo esto porque el que yo firme un contrato equivale a salir inmediatamente de compras. Y ayer pasé media tarde en la tienda U de Adolfo Domínguez comprando complementos, porque a excepción de su ropa, me gusta su ropa interior, sus zapas, sus cinturones y sus bolsos/bandoleras. No os digo más… Tendré que trabajar los sábados, pero a mí ya me da lo mismo todo. Mi día libre será el lunes. Me hubiera gustado tener un trabajo como diseñador gráfico, de lunes a jueves todo el día, viernes sólo por la mañana, pero tampoco puedo estar esperando a que me llegue una oportunidad así de perfecta. Ya estamos en una edad y en unas circunstancias en las que hay que abrirse a más empleos. No obstante, y como decía al principio, es sorprendente, porque justo tras firmar el contrato, y en plena jornada de compras con mi mejor amigo, mi móvil sonó dos veces prácticamente seguidas, de dos empresas distintas que han llegado a mí gracias a contactos que tiene uno. Tengo que realizar la página web de cada empresa, así como unos manuales (uno en formato papel y otro en formato cd interactivo) para unos cursos que van a ofrecer a distancia a otras empresas. No sé de dónde voy a sacar tiempo, pero he dicho que sí a todo. ¡Será porque quiero comprarme un VAIO!

PD: Terminantemente prohibido dejar comentarios en plan “¿Ves?, ¡te dije que todo llegaba, que no había que desesperarse!”, porque es la frase que más veces he escuchado en menos de 24 horas (risas)