15.2.06

Historietas (o los últimos restos mortales del dodo)





















Me he propuesto escribir posts más cortos. A la gente se le hace muy cuesta arriba leer tanto y tener que comentar después. Pero es que yo soy así de radical: o no escribo absolutamente nada o lo escribo absolutamente todo.

El otro día, en Zara, se me acercó un chico extranjero preguntándome si la camisa que había elegido era de hombre. Le dije que sí, y como tampoco entendía la simbología de las tallas de ropa, le comenté que en lugar de la M yo le veía más bien con la L, que fuese a cambiarla. Y lo hizo. Todo esto me salió la mar de fluído en inglés y recordé mi entrevista (por llamarla de algún modo) para Ikea y mi frustración al ver como mis convicciones acerca de mis conocimientos de inglés se me iban al traste. Las he recuperado otra vez. Hay cosas que sabes hacer muy bien, o simplemente bien, pero cuando estás bajo presión o te sientes observado no puedes evitar que te salgan mal. Me preguntó si hablaba inglés, le dije que un poquito porque ya no sé hasta dónde puedo llegar, y acabó interesándose por mi procedencia, si era español y todo eso. Le dije que sí y con las mismas pagué y me fui porque tenía prisa. Sólo me habría faltado que me enseñara la mano cubierta de chapas... ¡o peor aún, otra cosa! (ya se sabe que los negros...).

Mi mejor amigo ha cortado la relación sentimental que mantenía desde hace casi 8 años con su pareja. Lo hizo en Nochebuena y yo me he enterado esta semana. No me he cabreado con él porque sé perfectamente que cuando uno sale de una relación no quiere que nadie sepa nada por miedo a que las cosas se estropeen mucho más (la inocencia de pensar que todo se va a arreglar). El caso es que no ha pasado ni 1 mes y ya está con otra persona. Mi amigo no sale nunca, no se relaciona con nadie nuevo salvo con las personas a las que conoce desde hace años. No acude a fiestas ni tampoco frecuenta bares, ni siquiera tiene Internet en casa, y no pisa jamás los cibercafés. La misma actitud pasiva cuando se trata de buscar trabajo: no compra periódicos, no se apunta a bolsas de trabajo, no se prepara oposiciones, no mira ofertas. Es una de esas personas que se levantan todas las mañanas prácticamente a la hora de comer y que se queda hasta las tantas de la madrugada viendo la tele. Por lo tanto, yo no puedo evitar pillarme un cabreo del quince cada vez que me comenta que le ha salido trabajo o que, como ha ocurrido ahora, ha conocido a alguien nuevo. ¿Por qué me cabreo? Porque él no hace nada y las cosas le caen del cielo. Y los que nos esforzamos y casi volvemos locos por conseguir determinados objetivos vemos que no son recompensados nuestros esfuerzos. No sé a vosotros, pero a mí me cabrea ésto.

Los contadores que instalé en mis dos blogs de Blogger me indican que los Rayos D ganan a Proceso Estático por unas mil doscientas visitas más. Es decir, que la gente prefiere leerme 1.200 veces antes que verme. Un poco preocupante, ¿no? ¡Seguro que si fuese al revés me estaría quejando igualmente! Y no, no voy a optar por mostrarme desnudo en mis fotos para atraer más público. Quiero pensar que a la gente que me visita le da mucha pereza pinchar en mis enlaces... anda, hombres/mujeres de Dios, prodigaos más por mi parte gráfica ¡¡¡JO!!!

Musicalmente seguimos nutridos. Discografía completa de Ivy (todo muy bonito e inspirador, ora bailable, ora atmosférico-relajante, a pesar de haber destrozado uno de mis temas favoritos: "Digging your scene" de los Blow Monkeys), “Bad karma” de Hecq (una vertiente súper oscurísima e inquietante de la electrónica –el título no presagia nada positivo-, algo así como la terrorífica imagen de los vídeos de Aphex Twin hecha música, aunque con un precioso y sorprendente packaging), “Coles corner” de Richard Hawley (¡qué delicia de disco!, y otra bonita portada), discografía completa de Paloalto (rock independiente, muy en la línea de Neve). Al fin tengo en cd el único disco de Janet Jackson que me gusta, “Rhythm Nation 1814”, una producción de 1989 que se presentó al mundo a modo de mini película de 30 minutos, filmada en blanco y negro, en una ciudad al más puro estilo “Metrópolis”, y conteniendo la mayoría de las canciones del disco. Me impactó y gustó tantísimo que mi padre me acabó comprando el vinilo. Ahora, diecisiete años después, y ya que jubilé hace tiempo a mi tocadiscos, vuelvo a disfrutar de él. Por otra parte, y ya que soy tan dado a los revivals, estoy rescatando del olvido a los artistas británicos de esa época dorada de principios de los 90 que formaron parte de aquel movimiento neo-psicodélico también conocido como el sonido Manchester. Echobelly, The Charlatans, Happy Mondays, Soup Dragons, The Stone Roses, Primal Scream, Ride... ¡¿alguien recuerda esta fantástica época?! Tras los prolíficos y divertidos años 80, fue lo mejor que le pasó al mundo de la música.

La ilustración de hoy muestra una escena del libro "Alicia en el país de las Maravillas", de Lewis Carroll, y es el primer encuentro de Alicia con el señor Dodo. El mundo de Alicia, así como el del mago de Oz, es una de mis más frecuentes e inagotables fuentes de inspiración. Del mismo modo, ambos libros y/o películas van unidas irremediablemente a mi infancia y, por consiguiente, a mi vida. Para colmo, Aimee Mann tuvo que poner al dodo en la portada de su tercer álbum para demostrar de nuevo que tenía que ser mi artista fetiche por excelencia sin más narices.

Finalmente, la otra noche estuve cenando con unos amigos en un restaurante asiático al que seguíamos sin ir, y se obró el milagro que tanto tiempo llevaba esperando: probé el sushi. Mi amiga P, sentada a mi lado, lo tuvo que escupir inmediatamente en su servilleta. A mí me gustó más de lo que pensaba, aunque tampoco para repetir a diario. Luego fuimos a tomar unas copas a un irlandés y, para no variar, tiré mi gin-tonic, prácticamente recién servido, sobre los vaqueros de P. Es bastante habitual que tire mis copas, así que tened cuidado si algún día coincidimos en una fiesta. Al día siguiente salí a cenar con mis padres y comí pollo a las brasas. De oriente a occidente en sólo 24 horas. Aunque tal y como estamos con la gripe aviar y su inminente llegada a nuestro país va a ser cuestión de olvidarse de Asia...