24.1.06

Soy un arce













En algunas culturas, sobre todo en la asiática, la muerte es vista de un modo distinto al que lo vemos en Occidente. Allí lo celebran sin penas ni llantos, y de hecho me consta que el luto no es negro, sino blanco. Aquí, para muchos, la muerte es un tema tabú. Para mí lo es, y además el culpable de que la mayoría de mis noches me levante sobresaltado, muy nervioso, taquicárdico, amén de costarme mucho conciliar el sueño. No es por mi muerte precisamente, porque uno cuando fallece ya no se entera de nada; es por la de la gente a la que quiero y, sobre todo, por algún miembro de mi familia. Desde pequeño digamos que estoy obsesionado con esto. Tengo un miedo atroz, y si por una ruptura amorosa tengo estas recaídas, no quiero imaginar lo más mínimo qué ocurrirá cuando me falte alguno de mis seres queridos. Esta sociedad nos lo ha enseñado así, y resulta curioso ver cómo la misma cuestión es tratada de manera distinta en según qué rincón del mundo. A mí, de pequeño, por mucho que en las clases de Religión me dijeran que a la muerte no había que tenerle miedo, que significaba el paso a mejor vida, no me ayuda ahora demasiado que digamos. ¿Qué alegría supone dejar de ver a alguien (a quien quieres) para siempre? Se acabó. Nunca más. Fin. Y si olvidaste decirle algo, no puedes enviarle ningún email, ni un sms, ni llamarle por teléfono estés donde estés… otro de mis miedos: quedarme con cosas en el tintero.

Hoy estoy así de concienciado/siniestro/reflexivo porque esta mañana ha fallecido una tía mía por parte de padre. El caso es que yo apenas había tenido contacto con ella, de hecho creo que a lo largo de mi vida la habré visto menos de 10 veces. Supongo que cuando yo fuese más pequeño la vería más, pero yo aún no era consciente de nada. No ha muerto por culpa de ninguna enfermedad, sino porque ya era muy mayor y se ha ido apagando. La última vez que la vi fue hace cosa de diez años, en el funeral de otro tío mío. Aquel día ocurrió una cosa que me ha acompañado todos estos años en la memoria (ya sabéis lo dado que soy a recordar cosas), sólo una imagen, aparentemente de lo más sencilla, pero con una gran carga sentimental: mi tía mirándome con alegría, con unos ojos repletos de luz y brillo. Yo jamás me había fijado en algo semejante, pero desde entonces me vengo dando cuenta de las miradas, y una como la suya sólo la he tenido yo una vez en mi vida, al menos que me lo hayan dicho a mí: cuando estuve enamorado de “mi innombrable”. Miradas llenas de cariño y de felicidad. Y me quedo con eso. Y precisamente por quedarme con eso, aún no habiendo tenido mucho roce en vida, esta mañana me ha dado por llorar al conocer la noticia. Yo soy así, qué le vamos a hacer…

Ya me encuentro mejor desde la última vez que publiqué un post aquí, y en serio os digo que vuestros mensajes me animaron muchísimo. Alguien me dijo hará cosa de 2 o 3 posts que hablar por aquí de esta serie de cosas puede resultar muy terapéutico, y que no hay que tener miedo a mostrarse tanto. Yo tampoco es que me esté desnudando mucho, pero es cierto que me resulta de gran ayuda hablar de lo que me preocupa o cabrea. Es muy enriquecedor y apaciguador leer vuestras distintas perspectivas de un mismo asunto. Gracias. Ahora estoy esperando a mi hermana para ir al tanatorio. Son cerca de las diez de la noche. Mi suéter amarillo de lana con ribetes de color negro, a juego con mis zapas, me hacen sentir como una Beatrix Kiddo en horas un poco bajas.

Hace aproximadamente dos horas estrenaron en La 2 el esperadísimo programa de música iPop. Ese programa presentado por el componente femenino del grupo Cycle, esa señora llamada La China Patiño, que a mí físicamente me parecía muy interesante. ¡¡¡Ese programa cuyo nombre hace pensar en ese maldito reproductor de mp3 que ardo en deseos de comprarme y que está agotado en todos los malditos establecimientos de esta ciudad!!! Pues bien, a pesar de llevar únicamente una emisión, voy a verter ya mi opinión más personal y directa: iPop es una auténtica mierda. Para empezar, el primer grupo que visita el plató es Amaral… esto me lo encuentro yo nada más encender la tele y me da un soponcio, no porque tenga algo en contra de este grupo (no me dicen nada, pero tampoco los odio), sino porque este programa se había anunciado como el colmo de lo indie, el no va más de la escena underground, con artistas poco/nada famosos o, caso de serlo, conocidos en ambientes selectos y minoritarios. Pues qué bien, la primera en la frente. Radiofórmulas… aún así he seguido viendo el programa. Reportaje: Los Planetas, ese grupo al que le hacen unas portadas estupendas (bendito sea Aramburu) pero que hacen una música, para mi gusto, ruidosa y prescindible (salvo un par de temitas nada más). No soporto que la música y la voz tengan el mismo volumen y la misma intensidad y que no se entienda nada de lo que dice el cantante. Amén de que es tremendamente agotador que se siga considerando a este grupo como el summun de lo independiente. Tras el reportaje, Amaral de nuevo en el plató, pero oh, sorpresa, esta vez con mini-entrevista por parte de La China Patiño. ¿No le ha dicho nadie a esta chica que mezclar leopardo con cuadros escoceses no es tan moderno como ella piensa? ¿Y puede hacerme alguien el favor de hacerle ver lo pa-té-ti-ca que resulta con esa pose en plan “jo tía, qué súper guay”, y que ya hay otras que lo hacen mejor? Antes hablaba en pasado cuando he reconocido que me parecía interesante, sí, y lo sigo manteniendo en dicho tiempo verbal, porque después de haberla visto esta tarde ejerciendo de ¿presentadora? de semejante ¿espacio musical? no puedo sino catalogarla de AB-SUR-DA. O sea, es tonta, directa y magistralmente tonta. Y esos planos de cámara en plan Kay Rush en Nosolomúsica (tampoco me ha gustado nunca, ni ella ni el programa), y esa estupidez que emana por cada poro de su piel, y esas gilipolleces que ha preguntado a Amaral… ay, ay, ay, no, que noooooo, que no me convence a mí este programa ni esta tipa menos todavía. Veredicto: súper en contra, por supuesto. La modernidad ya me parece old fashioned, y este tipo de programas que van de súper trendies, con súper ultra tendencias de última hora y una presentadora que intenta ser interesante y resulta todo lo contrario me tocan mucho, mucho, mucho la moral.

De la película de los vaqueros, por cierto, no pienso añadir nada más que no haya dicho ya en el Planeta Murciano. ¡Esto por si alguien se lo estaba preguntando! Estoy deseando ir a ver “Memorias de una geisha”. No me leí el libro, pero me fascina la cultura asiática y la imagen de las geishas es francamente bella. Y además, está la preciosa Zhang Ziyi, que me enamoró en “Tigre y Dragón”. El director es el mismo que realizó “Chicago”, y como también me gustó tanto deduzco que mi visita al cine no será en vano. Este último fin de semana he visto infinidad de películas, la mayoría súper emotivas sin yo esperarlo. Me han gustado, quizás por ese factor sorpresa.

Y el factor sorpresa de este post es que hoy no me he extendido tanto como de costumbre. Tampoco es un día demasiado alegre que digamos, y ni siquiera tengo mucho tiempo para escribir, pero no quería alargar el momento de publicar algo aquí, que luego se me echan las semanas encima y actualizo al mes y pico. ¡Ahora tengo muchos fans y no puedo hacerles esperar!
La ilustración de hoy, una de mis favoritas, muestra una pintura japonesa de un arce en todo su esplendor. La he elegido porque me encanta, y también porque según el horóscopo celta, basado en los árboles, yo soy un arce. El rasgo principal es la originalidad, la imaginación, la facilidad de aprendizaje y la buena memoria. Pero también dice que soy una persona reservada, tímida, compleja y con una vida sentimental complicada. Me quedo con todo, sin duda... ¡aunque yo no tenga la culpa de todo!
NOTA: Este post tendría que haber sido posteado el día 23, pero por diversos motivos se ha retrasado un día y no me apetecía cambiar los tiempos verbales.