18.1.06

Grrrrrrrrrrrrrrr
















Os voy a contar una historia que no es la más original del mundo, ni tampoco cuenta algo que a día de hoy no se sepa. Es una historia que gira en torno a un tema bastante recurrente. Una de esas a las que yo denomino “tocapelotas”, y la causante de un drama en mi vida durante la pasada semana, de ahí que la narre ahora que me ha dado por darme a conocer un poco más. Impotencia, frustración e injusticia se dan la mano en este nuevo best-seller de Marsónico, ¡el Príncipe Imposible por antonomasia!

Os voy a hablar un poco de mi ex compañera de clase y amiga, F, la cual ha sido mencionada en algún que otro post de este blog, famosa sobre todo por trabajar de camarera en cierto pub donde las copas me salen gratis. F no tiene noción alguna del manejo de ordenadores, eso para empezar. Primer problema a la hora de querer dedicarse al diseño gráfico, donde es esencial conocer el pc. F, en clase, tenía las carpetas duplicadas, los documentos repetidos, mal nombrados... F es súper caótica en ese sentido y yo siempre tenía que buscarle las cosas porque ella desconocía que existía la opción de búsqueda, pero bueno, ¿qué vas a buscar si ni siquiera sabes qué nombre le has dado al archivo perdido? F es así. F, por otra parte, se limitaba a hacer los ejercicios lo más rápida posible para pasar pronto a otra cosa, y claro, así eran los resultados, un auténtico churro. Un gran número de ejercicios se los pasaba yo sin que el profe se diera cuenta, y luego ella les daba un par de pinceladas sin importancia y, al menos, ya los hacía parecer un poco distintos. F opina que en el ordenador portátil no puede instalar los programas de diseño gráfico porque no caben en él, “es que es muy delgado, y al ser portátil...”. Sí, eso mismo dije yo: “...............”. Su book se lo hizo un servidor, eso sí, sin la parafernalia y las divinidades que lleva el mío, que ojalá pudiérais verlo, porque os íbais a quedar muertos, pero aquí lo que cuenta es que yo se lo fabriqué, yo le ordené sus trabajos, yo los renombré para que todo tuviera un aspecto más pulcro... y todo porque no me suponía ningún trauma echarle una mano a una amiga mía a la hora de recomponer todo lo que había hecho en clase, ya ves tú. Ahora bien, F no será buena en diseño gráfico ni tampoco utilizando un pc, pero tiene unos ojos impresionantes, un par de tetas que serían la envidia de Gisele Bundchen (y mira que me parecen preciosas las de la brasileña, por muy operada que esté), un cuerpo digno de envidiar, un gusto impecable a la hora de vestir, una melena de anuncio, etc, etc, etc... vamos, que la niña está buenísima. Supongo que esa será la razón por la que la hayan contratado en una reconocida agencia de diseño gráfico y publicidad que, dicho sea de paso, está a cuatro ídem de mi casa, porque si no ha sido por eso, necesito que se me dé una explicación coherente ahora mismo. He dicho coherente, por favor, y a ser posible lo más que se pueda. Afortunadamente me lo comunicó vía email, porque así pude tomarme mi tiempo y asimilar la noticia/tragarme el cabreo y contestarle a la semana y pico. Sí, a la semana y pico fue entonces cuando le dije “felicidades por el trabajo”, porque está claro que decir “me alegro por ti” hubiese sido una mentira muy grande. Y si supiérais lo igual que me da la imagen que pueda estar dando por decir esto... Menudo cabreo y qué frustración tan grande.

Mirad, lo diré de otro modo: otra de mis amigas y compañeras de clase, Marji, famosa en mis posts por haberme pasado miles de cd’s que en su momento aconsejé, tenía un talento increíble y realmente disfrutaba haciendo cada ejercicio, tomándose su tiempo para recrearse en cada detalle de lo que estuviera diseñando, igual que yo. Si hubiese sido ella la contratada os puedo asegurar que me habría alegrado muchísimo, es más, me habría encantado que alguien como ella hubiese entrado en el diseño gráfico, porque es una chica súper alternativa y con un gusto impecable debido a su mitomanía (cómics, películas, música, movimientos estéticos, etc). Pero por favor... que contraten a mi querida F, por muy querida mía que sea, pues me toca mucho, pero mucho, los huevos. Y luego estoy yo, que domino todo lo que piden en las ofertas de trabajo, incluso lo que no piden, que poseo experiencia demostrable ni más ni menos que como Técnico en Diseño Gráfico, que lo de la creación no es un capricho, sino algo innato en mí, y aquí sigo, ¡escribiendo sobre ello en este blog! Como decía Mara Jade en un post suyo de hace días, con suerte algunas empresas te llaman para decirte sí o no, pero cuando no lo hacen es horrible, aunque con el tiempo uno se acostumbra a esperar como mucho 1 semana y punto. He dicho como mucho. A mí personalmente lo que más me fastidia es que me digan “esta misma tarde te llamamos para concertar otra entrevista contigo y hablamos mejor” y que no lo hagan. Me parece muy poco serio que estos señores actúen así, tanto a la hora de entrevistar como a la hora de contratar. Esta es la razón por la que cuando oigo a alguien quejarse de su trabajo me entran ganas de ponerme el mono amarillo y negro y desempolvar mi katana Hanzo.

Así que tras haber digerido la noticia del trabajo de F (que no entendido) yo he retomado mis tareas de profe particular de informática, fotografía y diseño gráfico. También he retomado mis bajones, a ver qué os pensábais, que iba a ser una persona nueva este año... está claro que no, que yo ya estoy marcado de por vida. Y mientras tanto, tooooooooodo el mundo parece tener pareja en estos momentos. Hay cosas que no entiendo. Odio tener los sueños que tengo y despertarme con sentimientos revueltos que me hacen retrotraerme al pasado. Odio que aquella historia me haya marcado tantísimo (no os hacéis una idea) y odio que la gente no pare de decirme que yo valgo más de lo que pienso tanto por dentro como por fuera porque, si fuera así, ¡¿dónde están los pretendientes?! Me hace una gracia...... Yo siempre he sido el chico invisible, vamos, ¡que Jessica Alba se inspiró en mí para preparar su papel de Sue Storm en “Los 4 Fantásticos”, chicos! De verdad, muy mal. Llevo unos días bastante tontos. Es difícil intentar dejar de pensar en algo que hace daño y comprobar que es inútil el intento.

He decidido que como hoy me siento así, voy a postear esta entrada tal y como está. No quiero hacer cambio alguno, porque entonces no reflejaría mi estado de ánimo actual. A fin de cuentas este es mi Blog y no puedo ser hipócrita.