4.3.08

Fraudes




















Los últimos discos de Vanessa Paradis y Goldfrapp me han defraudado muchísimo, sobre todo el de la segunda, que deberían darle el premio al disco más aburrido del año. Por suerte, para contrarrestar tan fatales efectos, se avecina el lanzamiento de "@#%&*! Smilers", el nuevo y esperado álbum de mi artista favorita. Mónica Naranjo, por su parte, está a punto de estrenar el que de momento me parece su traspiés definitivo: "Tarántula". Su primer single, "Europa", promete ser un gran batacazo, o a lo mejor me equivoco. Y esa portada... que no parece ni ella y se acerca cada vez más peligrosamente al artwork heavymetalperogóticorománticoqueloflipas de algunos grupos que pululan por ahí y que a mí, personalmente, me aterra. Otra a la que también se le está augurando un gran batacazo es Madonna, y mira que a mí me gustaron los temas que se filtraron en la red, pero a la larga se me hacen súper repetitivos y cansinos. El otro día pude escuchar un extracto del que será el primer single de "Hard candy" (28-04) y pensé "Por favor, que se retire ya". Para escuchar a Britney Spears en su peor momento siempre estamos a tiempo... ¿Será este su nuevo "American life"? Lo digo por lo mal que le fue con dicho álbum, aunque haya algunas modernas cultísimas que aseguren que es su disco favorito porque es muy de autora (¿?).

El otro día se me ocurrió ver un trocito de "Esta casa era una ruina" y pa' qué quieres más... En primer lugar, el presentador: Jorge Fernández, uno de esos personajes televisivos que no sabes por qué tienen que existir (el otro es Pablo Martín). Y en segundo, lo patético del formato, copiando hasta la saciedad el programa estadounidense del que procede, y eso incluye familias desgraciadas que cuentan sus penas con pelos y señales a todo un país (¡cuánto daño ha hecho la maldita Patricia Gaztañaga!) y miembros del equipo del programa que al escuchar dichas historias se ponen a llorar súper teatralmente. Bueno, un engendro catódico del demonio que me recordó por qué no suelo ver la tele porque, además, ¿para qué iba a hacerlo si ahora sólo emiten series a tutiplén? Es la nueva moda: tener una serie favorita y convertirte así en la más guay de la ciudad, oigs. De todas maneras todo siempre puede ir a peor, y ahí es donde entra la pasada emisión de la elección de Miss Drag Queen del carnaval canario, que por algún extraño motivo me quedé a ver. Todo se resumió en juntar a la Terremoto de Alcorcón y a Jorge Cadaval, que cada vez que abría la boca era para anunciar que era gay y que se vanagloriaba de ello. Sólo faltaba por allí Jesús Vázquez para alardear también de su condición sexual y de los fabulosos amigos que tiene y lo divinos que son todos. Dios los cría... Ah, y llevaron a RuPaul, que cantó un par de canciones con las que apenas se movía, amén de lucir una estética horrorosa, resultando la mar de estática y aburrida la única luz que se adivinaba en tan escabroso certamen. Nunca máis.

Afortunadamente han retirado el programa de los tomates, demostrando que la prensa rosa no pasa por su mejor momento, lo cual me parece estupendo, porque no podía aguantar a los presentadores ni tampoco el programa, ni mucho menos que algo así tuviera una legión de fans. Como también la tienen los realities, que ahora son el nuevo opio del pueblo. Yo, que pensaba que la gente ya se había cansado de programas tipo Gran Hermano u Operación Triunfo, resulta que ahora andan como locos con espacios como Fama o, ¡lo que es peor!, Supermodelo, pero como aquí cada uno tiene sus gustos no seré yo quien critique los de los demás. Con todo esto me queda claro que la gente siempre necesita un espacio televisivo al que ser adicto/a.

¡Ay, cómo echo de menos la tele que se hacía en los 80!