Hoy me he levantado oliendo a Dior Addict y creo que voy a tener un día dedicado a los olores.
La madera me sabe a vainilla y el color marrón de mi cinturón me sabe a chocolate helado, cremoso y fácilmente derretible.
La pantalla del ordenador, por alguna extraña razón, parece estar hecha de agua esta mañana, pero de agua cristalina y congelada.
Miel en mis ojos y frambuesa en mis labios. Piel de zumo de naranja recién exprimido acompañado de pan tostado en el horno.
Especias en la forma de ser, picante en la lengua, salado en la frente, ardiente en la sangre, lácteo en los sueños... amargo en los recuerdos, aunque sencillamente dulcificados con azúcar, con TU azúcar.
El atardecer me huele a jazmín, la mañana a jacinto. A rosa la noche.
Hoy es un día digno de oler, como dije antes, por alguna extraña razón... Hoy es un día en el que me propongo que las cosas sean tan fáciles, fantásticas y naturales como tener un dragón en casa al que mimar y entender a la perfección.
