Compré una libretita muy mona donde escribí un diario que más tarde pasaría a manos del azafato de altos vuelos, el cual regresó a casita tras 4 días surcando los aires.
Paseamos en una barca del Retiro, tratando de encontrar al monstruo del Lago Ness versión castiza. Abajo, yo, sujetando los remos únicamente para la foto; y el que te cuento, remando de verdad.
Compramos artículos curiosos de bonitos envases en la versión cañí de Chinatown (ergo, los chinos subterráneos de la Plaza de España) y otros tantos en la chic Plaisir Gourmet.
Y viajamos a Toledo justo cuando más calor hacía. ¡La ciudad del sol ardiente, mon Dieu!
Nada que ver con Segovia, pero eso sí, nos reímos como nunca.
Y tras dos días extra de vacaciones en los que uno siempre se saca alguna falsa enfermedad de la manga con el fin de pasar más tiempo alejado de su casa y entorno rutinario, nada como estar a punto de perder el tren de vuelta para que los nervios no dejen que la tristeza se apodere de ti.
¡Fin!
Paseamos en una barca del Retiro, tratando de encontrar al monstruo del Lago Ness versión castiza. Abajo, yo, sujetando los remos únicamente para la foto; y el que te cuento, remando de verdad.
Compramos artículos curiosos de bonitos envases en la versión cañí de Chinatown (ergo, los chinos subterráneos de la Plaza de España) y otros tantos en la chic Plaisir Gourmet.
Y viajamos a Toledo justo cuando más calor hacía. ¡La ciudad del sol ardiente, mon Dieu!
Nada que ver con Segovia, pero eso sí, nos reímos como nunca.
Y tras dos días extra de vacaciones en los que uno siempre se saca alguna falsa enfermedad de la manga con el fin de pasar más tiempo alejado de su casa y entorno rutinario, nada como estar a punto de perder el tren de vuelta para que los nervios no dejen que la tristeza se apodere de ti.
¡Fin!