1.8.06

Diario de un verano en la ciudad (10)





















Estupendo: a las 7:50 de la mañana el termómetro que hay frente a la oficina marcaba 29º. Hoy, por lo visto, tendremos un día parecido al de ayer, o incluso peor... ¡si es que puede haber algo peor! Ayer fue uno de esos días en los que hace tantísimo calor que ya ni te inmutas, ni respondes, por eso mismo tuve la osadía de salir a pasear con mi sobrina. Recuerdo estar en la cola de una famosa tienda y notar cómo las gotas de sudor me resbalaban por la espalda. Imaginaba el trayecto mentalmente, porque debéis saber que yo tengo una espalda súper arqueada, y en cierto modo la gota de sudor me hacía cosquillas al recorrerla, y bajaba, y bajaba, y bajaba... pero bueno, más que divertido, me pareció un pensamiento la mar de cachondo, y oyes, no era plan de tremparse allí en medio. Qué dirían mis acreedores...

Tenía pensado inaugurar hoy este post con una foto del segundo par de zapas de Onitsuka Tiger que pensaba comprarme, pero algún despreocupado sin nada mejor que hacer se me adelantó y se llevó mi número. Pero bueno, tranquilos todos, que el dinero que pensaba invertir en ese par de zapas lo gasté en dos camisetas, una chaqueta, tres bonitas blusas para el regalo de cumple de una amiga y este libro. En su lugar subo una preciosa ilustración art-nouveau, rindiendo tributo a la absenta, que anda que no tengo yo ganas de probarla. O mejor dicho, que me la ofrezcan con terrones de azúcar, cual Mina Murray en "Bram Stoker's Dracula".

Llevo ya un par de intentos de juego en cadena por parte de gente que me lee asiduamente. Os agradezco que os acordéis de mí, pero por favor, no me citéis nunca más para ninguno porque no los soporto. Y como ya dije en su momento, si os atrevéis a pedirme que los siga, como no lo voy a hacer, os caerá la típica maldición de que una cabra loca os viole en la oficina y os deje embarazados de sixtillizos alienígenas que en un futuro muy próximo serán miembros de honor de la Iglesia de la Cienciología y tendrán como madrina a Katie Holmes, así que vosotros veréis.

Me quedan poquitos días para colgar el cartel de cerrado por vacaciones en mis bitácoras. Me largo al campo, y eso conlleva que también haya playa de por medio. Definitivamente, he hecho las paces con el estío. Ayuda mucho el hecho de estar bronceado, tener una flota de bañadores estupendos y una colección de gafas enormes. Son tres elementos-salvavidas para sentirse a gusto. Vamos, eso y montar en globo son las cuatro cosas que hay que hacer en esta vida antes de cumplir los 30. No os digo máis... Eso sí, cuando pase el calor mi mente volverá a su sitio y escribiré posts un poco más serios y profundos, avisados estáis.

De momento os doy otro consejo más para todos aquellos que veranean en la ciudad: ni se os ocurra comprar ropa interior de Calvin Klein en El Corte Inglés. ¡¡¡Sólo hacen un mísero 10% de descuento!!!