- No poder salir hasta que cae la noche, como si fuese un vampiro.
- Sudar la gota gorda.
- Sentirse perezoso y no dar ni un paso.
- Terminar de arreglarse y sentir la necesidad de volver a darse una ducha.
- Usar el transporte público y ahogarse con el sudor de los demás.
- No tener la sensación de ir limpio.
- Tener que llevar ropa que deja asomar un cuerpo con el que no estás lo que se dice contento.
- La incapacidad de dormir la siesta, o sobre todo de noche.
- Que las sábanas y la ropa se te peguen a la anatomía.
- Los destinos playeros, tan enriquecedores y llenos de cultura...... (ironizo)
- Que la gente se mate por ir a la playa.
- Los destinos playeros, otra vez.
- La sensación pegajosa.
- Los mosquitos y cucarachas voladoras.
- El canto de las condenadas chicharras, que da más calor si cabe.
- La gente obsesionada con ponerse morena.
Por todo esto y mucho más, y muy a pesar de que se salga más, de los calimochos y salchipapas en la piscina, del cine de verano y la rebequita y también de los viajes, y algún que otro punto a favor (pero no demasiados), y también sabiendo que cada año digo lo mismo igual que los que siempre critican la Navidad, San Valentín y las rebajas...
... ODIO
TREMENDA
Y SOBERANAMENTE
EL VERANO...
TREMENDA
Y SOBERANAMENTE
EL VERANO...
... un año más.