28.4.10

¡Qué curioso, curiosísimo!














Estaba más que claro que la opinión sería blanca o negra, que me iba a gustar mucho que mi director de cine favorito reversionara una de mis películas favoritas, o que por el contrario iba a salir del cine con una sensación de “No sé qué opinión tengo de esto”. En un mundo en el que lo normal es que salga del cine diciendo “¡Estoy deseando que la saquen en dvd!”, cuando termino de ver una película y no siento nada en especial es una mala señal. De todas maneras no hay que hacer un recital al respecto; es sólo una película, pero me hace mucha gracia la expectación que todos los que me rodean habían dirigido hacia mi persona por la sencilla razón de que 1) me encanta Tim Burton y 2) me encanta la historia de Alicia. Pero que dos cosas que te gustan mucho se unan no siempre significa un éxito o que te dejen satisfecho, y así es como me siento, muy a mi pesar.

No es que Alicia no me haya gustado, pero quizás esperaba un producto más Burton, y es que quitando las formas enroscadas tan características de los árboles y las presencias de Johnny Depp y Helena-Bonham Carter (sobre todo del primero, que sin duda es lo mejor del largometraje), al ver esta película piensas que podría estar dirigida por cualquier director de cine. Le ha quedado muy Disney, muy para niños o, como gustan decir ahora, muy para la familia, y para colmo me ha recordado terriblemente a la primera entrega de “Las crónicas de Narnia”, película que me ocasionó un gran dolor de cabeza, amén de que ni siquiera la presencia de la fastuosa Tilda Swinton hizo nada para arreglarlo. Uno nota sobre todo que es un típico producto Disney cuando llega el final de la cinta y descubres que la canción principal de la BSO la canta Avril Lavigne (¿¿¿canción principal en una peli de Tim Burton???) o también cuando llega la innecesaria escena del Sombrerero Loco marcándose un extraño baile a ritmo de una especie de hip-hop casi en los últimos minutos con el que pretende hacer la típica gracia de patio de colegio para que la audiencia se ría, cargándose de un plumazo la estética de la película en la que NO PEGA NADA esa música, ¡pffff! No obstante Alicia se deja ver y no es tan catastrófica como el remake que hizo de “El planeta de los simios”, pero desde aquí hago una petición especial a Burton: ¡Ay Tim, espero que no te dé por el cine orientado a hordas infantiles y te descarríes como ha hecho Pedro Almodóvar! Alicia podría ser el primer paso, y es que cuando se espera algo durante tantísimo tiempo se ponen demasiadas esperanzas en juego. Mecachis... Como dato curioso añadir que mi amigo Julk y yo llevamos mucho tiempo hablando del enorme parecido entre El Sombrerero Loco de Burton y Madonna, ¡y hoy me vengo a encontrar esto en la red! Juzgad por vosotros mismos. Ah, y por cierto os voy a dar un consejo: os podéis ahorrar el dinero y verla en 2D, porque tampoco es una película como para acudir a la sala 3D.

Me encuentro en Murcia desde hace 5 maravillosos días y me he topado de lleno con la primavera más veraniega que he visto jamás. ¡La otra tarde casi llegamos a los 40º! De toda la gente con la que iba a quedar no he visto a nadie porque mi hermana me ha organizado una agenda que transcurre siempre por la tarde y con la que estoy disfrutando mucho. La gente me cuestiona incesantemente acerca de qué hago tanto en casa cada vez que vengo a Murcia. La respuesta es fácil: la echo tantísimo de menos cuando estoy en Madrid, que cuando vengo lo único que me apetece es estar aquí, en mi salón, mi antiguo cuarto, mi cocina, mi terraza o donde sea. Lo de quedar y esparcirme por ahí siempre me da pereza, lo siento por los demás, pero es que desde que vivo fuera me falta tiempo por todas partes. De hecho cuando he estado viniendo todos estos findes/puentes atrás siempre decía “Cuando lleguen las vacaciones y me quede más días podré hacer más planes con mis amigos y salir las veces que haga falta”. Ahora que estoy pasando 10 días aquí me temo que necesitaría otros 10 o 15 más. Pero yo es que soy así. Lo que sí me ha sorprendido esta vez es que nada más bajar del tren la otra noche noté un intensísimo olor a azahar que me recibió alegremente, el cual sigue a mi alrededor por donde quiera que vaya. Y me encanta.

De modo que sol, calor, azahar, familia, campo, paseos… en la gloria, oiga, y es que necesitaba ya desconectar del trabajo con urgencia o me habrían tenido que recoger del suelo con escoba. De todas maneras ya me encuentro en la recta final de estas vacaciones y siento que el tiempo pasa tan deprisa como siempre. Y eso ya no me encanta tanto…