28.8.06

De vuelta a la vida




















Esta historia ha llamado poderosamente mi atención: en Hungría existen unos preciosos insectos llamados efímeras que eclosionan sobre las aguas del río Tisza cada primavera, produciendo un estallido de color al que los lugareños llaman el "florecimiento del Tisza". Después de pasar tres años en unas galerías excavadas en el lecho del río, las larvas de estos insectos salen a la superficie del agua y mudan para alcanzar el estadio de adultos. A partir de esa metamorfosis sólo les quedan tres horas de vida para cumplir el único objetivo de su existencia: aparearse. Qué jodida es la Madre Naturaleza, ¿verdad? Pues tan efímera como la vida de las efímeras es la época vacacional. Y en lo único que coincidimos es que ambos sabemos el tiempo que nos queda. El modo en que cada uno lo emplee ya es otra historia. Asimismo, de sobra es conocida por todos aquella leyenda que reza "lo que bien empieza, bien acaba", y hoy estoy aquí para demostrar que lo que empieza mal puede acabar mejor.

La semana previa a mis vacaciones sufrí una horrible lumbalgia mecánica que me dejó idéntico a la letra C. Me dieron la baja y se me recomendó reposo absoluto que se tradujo en doce días de cama o, como mucho, sofá. O mejor dicho, se tradujo en un Marsónico furioso, subiéndose por las paredes y desesperado al ver la lentitud del proceso de mejoría (no soy nada paciente, debéis saberlo), máxime cuando estaba a punto de coger vacaciones. Cabreado de estar cabreado me dediqué a sacarle partido a la situación y empecé a leer libros que tenía pendientes, a ver películas que esperaban desde hace tiempo, a dormir siestas (no soy dado) y a mirar los árboles de nuestra casa de campo durante el puente de agosto. Tuve a mi familia pendiente de mí en todo momento y me reí muchísimo con mis sobrinos y, por fortuna, recibí numerosas visitas y llamadas de mis amigos P y G, que incluso una noche me trajeron la cena del Pizza Hut.

El 12º día no aguantaba más y conduje hasta el centro de la ciudad para darme una vuelta con mi amigo J, eso sí, caminando a paso muuuuuuy lento porque seguía un poco convaleciente. Compré AL FIN la edición especial de "No es pecado" de Alaska y Dinarama a un precio más que abusivo teniendo en cuenta el contenido, y el dvd de "El misterio de Salem's Lot" (la versión original de 1979), producto de vampiros que me traumatizó en mi infancia. Y, por último, en la recta final de mis vacaciones, justo la semana pasada, y a pesar de no estar al 100%, se desencadenó una serie de cosas buenas del tipo de cenas en la playa con mis padres, tíos y primos; la maravillosa visita a Murcia de un amigo de Madrid la mar de especial, un estupendo, divertido, fabuloso (y me quedo corto) viaje/retorno a Granada de 3 días y el último finde de relax en el campo dándome un atracón de películas con mis sobrinos. Una cosa detrás de otra, sin tiempo a descansar y, mejor aún, sin haberlo planeado demasiado. Es como si el universo lo hubiera dispuesto así a modo de recompensa tras mi desafortunado inicio vacacional.

No he echado de menos mi blog, ni mi fotolog, ni el MSN, ni siquiera Internet o el PC, pero claro, para una persona que no depende nada en absoluto de su móvil y que es capaz de tenerlo apagado durante una semana entera esto no supone ningún trauma o novedad. Eso sí, debo reconocer que hubo días en los que leía vuestros blogs, aunque me abstuve de postear. Ahora toca hacer apuestas de cuán efímeras serán nuestras estancias en las bitácoras...

3.8.06

Dodo break





















Como algunos tendrán vacaciones y otros seguirán trabajando todo este mes, me limito a desearos un feliz lo-que-sea, y así no hago distinción alguna. Yo volveré a finales de agosto o a principios de septiembre. Aún no lo tengo claro, pero sí sé a ciencia cierta que durante las vacaciones no me acercaré al pc lo más mínimo, así que no os molestéis si no visito vuestros blogs en todo este tiempo, pero un paréntesis nunca viene mal, y menos cuando tienes tanto tiempo libre. El cartel es diseño mío, por supuesto, y ya estáis tardando en pinchar sobre él para verlo en todo su esplendor. Los modernos de turno sabrán a quien rindo tributo con él o, mejor dicho, en qué diseño gráfico me he inspirado a la hora de realizarlo. Yo ya no le doy más publicidad a nadie, ¡hombre ya! Una última cosa: no os olvidéis de mí...

1.8.06

Diario de un verano en la ciudad (10)





















Estupendo: a las 7:50 de la mañana el termómetro que hay frente a la oficina marcaba 29º. Hoy, por lo visto, tendremos un día parecido al de ayer, o incluso peor... ¡si es que puede haber algo peor! Ayer fue uno de esos días en los que hace tantísimo calor que ya ni te inmutas, ni respondes, por eso mismo tuve la osadía de salir a pasear con mi sobrina. Recuerdo estar en la cola de una famosa tienda y notar cómo las gotas de sudor me resbalaban por la espalda. Imaginaba el trayecto mentalmente, porque debéis saber que yo tengo una espalda súper arqueada, y en cierto modo la gota de sudor me hacía cosquillas al recorrerla, y bajaba, y bajaba, y bajaba... pero bueno, más que divertido, me pareció un pensamiento la mar de cachondo, y oyes, no era plan de tremparse allí en medio. Qué dirían mis acreedores...

Tenía pensado inaugurar hoy este post con una foto del segundo par de zapas de Onitsuka Tiger que pensaba comprarme, pero algún despreocupado sin nada mejor que hacer se me adelantó y se llevó mi número. Pero bueno, tranquilos todos, que el dinero que pensaba invertir en ese par de zapas lo gasté en dos camisetas, una chaqueta, tres bonitas blusas para el regalo de cumple de una amiga y este libro. En su lugar subo una preciosa ilustración art-nouveau, rindiendo tributo a la absenta, que anda que no tengo yo ganas de probarla. O mejor dicho, que me la ofrezcan con terrones de azúcar, cual Mina Murray en "Bram Stoker's Dracula".

Llevo ya un par de intentos de juego en cadena por parte de gente que me lee asiduamente. Os agradezco que os acordéis de mí, pero por favor, no me citéis nunca más para ninguno porque no los soporto. Y como ya dije en su momento, si os atrevéis a pedirme que los siga, como no lo voy a hacer, os caerá la típica maldición de que una cabra loca os viole en la oficina y os deje embarazados de sixtillizos alienígenas que en un futuro muy próximo serán miembros de honor de la Iglesia de la Cienciología y tendrán como madrina a Katie Holmes, así que vosotros veréis.

Me quedan poquitos días para colgar el cartel de cerrado por vacaciones en mis bitácoras. Me largo al campo, y eso conlleva que también haya playa de por medio. Definitivamente, he hecho las paces con el estío. Ayuda mucho el hecho de estar bronceado, tener una flota de bañadores estupendos y una colección de gafas enormes. Son tres elementos-salvavidas para sentirse a gusto. Vamos, eso y montar en globo son las cuatro cosas que hay que hacer en esta vida antes de cumplir los 30. No os digo máis... Eso sí, cuando pase el calor mi mente volverá a su sitio y escribiré posts un poco más serios y profundos, avisados estáis.

De momento os doy otro consejo más para todos aquellos que veranean en la ciudad: ni se os ocurra comprar ropa interior de Calvin Klein en El Corte Inglés. ¡¡¡Sólo hacen un mísero 10% de descuento!!!